Después de la reciente canonización de Josemaría Escrivá, ha llegado a las librerías el segundo volumen de su biografía El Fundador del Opus Dei, obra de Andrés Vázquez de Prada. El autor ha publicado diversos trabajos de investigación sobre temas históricos y literarios y biografías sobre figuras eminentes de la historia moderna y contemporánea como Tomás Moro o el cardenal Newman.
El primer volumen, publicado en 1997, abarcaba la vida de San Josemaría desde su nacimiento (1902) hasta el inicio de la guerra civil española (1936). En el segundo, el autor ofrece un recorrido a lo largo de los diez años siguientes, hasta las vísperas del traslado de Josemaría Escrivá a Roma. El tercero y último volumen -en preparación- abordará los años romanos de Josemaría Escrivá (1946-1975).
Lo primero que llama la atención es el amplio espacio que el autor dedica a los años de la guerra civil, prácticamente la mitad del libro. Al igual que el primer volumen de la biografía, Vázquez de Prada pone el acento en la vida espiritual del biografiado. Podríamos hablar de una biografía de la santidad de Josemaría Escrivá, y precisamente desde esta perspectiva el autor nos presenta la lectura que el biografiado realizó de los acontecimientos vividos. En este sentido los relatos de su refugio en el consulado de Honduras y del paso a la zona nacional por los Pirineos son de particular riqueza.
Destaca también en la primera mitad del libro la actitud siempre conciliadora y nada partidista con la que san Josemaría recorrió esos dramáticos años de la historia española. Por lo que se refiere más concretamente a la historia del Opus Dei, resalta de estos años de guerra la conciencia que tenían tanto el fundador como el reducido grupo de primeros miembros de estar poniendo los fundamentos de un proyecto sobrenatural muy amplio, con unos rasgos ya claramente definidos.
La segunda mitad del libro aborda la publicación de Camino, el recomienzo en Madrid de las experiencias apostólicas ya ensayadas antes de la guerra, el inicio de la expansión fuera de Madrid, y los primeros tanteos para encontrar un lugar adecuado al Opus Dei dentro de la legislación eclesiástica de la época.
También de esta segunda mitad de la obra cabría destacar el relato de la predicación de ejercicios espirituales a sacerdotes, seminaristas, comunidades religiosas y grupos de Acción Católica que San Josemaría realizó a instancias de numerosos obispos españoles. La aparición de algunas voces críticas contra San Josemaría y el incipiente Opus Dei, que surgieron de ámbitos tanto civiles como eclesiásticos desde 1941, también son recogidas por Vázquez de Prada. En el relato de estas dificultades, el autor destaca la lectura sobrenatural que el fundador del Opus Dei hizo de aquellos acontecimientos.
Si en el primer volumen la documentación más rica y novedosa que el autor sacó a la luz fue la colección de los Apuntes íntimos del Fundador, en esta ocasión, aun sin faltar referencias a esos Apuntes, habría que subrayar la importancia del epistolario. Este segundo tomo está, en gran parte, construido sobre cientos de cartas de San Josemaría, en muchas ocasiones con sus correspondencias, que permiten descubrir numerosos detalles de su perfil humano y espiritual. Junto a las cartas, destaca la utilización de numerosos diarios y testimonios personales de los protagonistas de aquellos acontecimientos, de gran riqueza historiográfica. Mas por encima de los abundantes acontecimientos escrupulosamente documentados, resalta la riqueza y la profundidad de la biografía espiritual del nuevo santo.