Taurus. Madrid (2000). 239 págs. 2.400 ptas.
Fernando Vallespín es catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, director del Centro de Teoría Política de dicha universidad y autor de numerosos libros y publicaciones sobre su especialidad. El futuro de la política está escrito desde el convencimiento de que la implicación política de los ciudadanos resulta imprescindible. Sin embargo, el autor considera que hoy día asistimos a un preocupante retraimiento. El libro quiere ofrecer un diagnóstico de esta situación y proponer algunas orientaciones para que la acción política sea capaz de entusiasmar nuevamente a todo el cuerpo social. No se trata tanto de inventar un nuevo concepto de política, sino de adaptar la política y algunos de los conceptos clásicos que la estructuran al profundo cambio social experimentado durante la segunda mitad del siglo XX.
Vallespín pasa revista a los fenómenos que componen el nuevo escenario de la acción política y a las diversas respuestas que se vienen ensayando ante ese cambio de escenario: la globalización; el reforzamiento de las identidades fuertes (étnicas, nacionales, religiosas, de opción sexual, etc.); la primacía de los intereses económicos en el concierto internacional; el pluralismo social y cultural; la mayor capacidad de organizarse la sociedad sin el Estado; el crecimiento del tercer sector -ONG y voluntariado-; la creciente complejidad social; los procesos de integración supranacional (UE, por ejemplo); la desaparición de la bipolaridad Este-Oeste; el protagonismo social y político de los medios de comunicación; las amenazas para la supervivencia del Estado de bienestar…
Por encima de lo que el autor afirma acerca de todas esas cuestiones, lo más relevante tal vez sea su convencimiento de que, si bien el Estado ha cambiado algunas de sus funciones -al integrarse en otras entidades supranacionales y al no poder actuar jerárquicamente sobre la sociedad-, eso no significa su debilitamiento como protagonista del espacio público. En su opinión, la suerte de la política y de la democracia va unida a la del Estado, que sigue siendo el ámbito de lo público, de ese espacio que se encuentra más allá del mero concierto de intereses privados. Vallespín está convencido de la necesaria «recuperación de la política», como «único recurso capaz de armar una verdadera acción colectiva». Hemos de sentirnos responsables colectivos de nuestro futuro, sin ceder a la idea de que no podemos hacer nada ante supuestos imperativos y lógicas económicas, técnicas o culturales, que escaparían a nuestra libertad y que determinarían de forma inexorable nuestro futuro común.
Francisco Santamaría