El autor, profesor de metafísica en la Universidad de la Santa Cruz (Roma), plantea este libro como un curso introductorio a la materia y con un enfoque antropológico y existencial. Considera, desde la reflexión antropológica contemporánea, que el hombre es un ser dinámico, que configura temporalmente su identidad. Además, como señalan Buber, Lévinas, Guardini y otros, el ser humano está abierto a los demás, al reconocimiento del tú, al ser. En el siguiente paso, Romera expone que la experiencia de la libertad humana ante la finitud lleva a considerar la cuestión del sentido y, a la postre, a dirigirse a Dios, y a relacionarse con Él. Luis Romera culmina el itinerario hacia Dios que ha planteado como una experiencia religiosa y cita al san Agustín del corazón inquieto.
A esta primera parte, centrada en la experiencia religiosa desde la antropología, le sigue una consideración sobre el oscurecimiento de Dios. Después de tratar someramente el fenómeno del secularismo actual, no puede dejar de exponer la crítica kantiana a la teología natural y continuar con el fenómeno del ateísmo. Concluye el capítulo volviendo a centrarse en el panorama contemporáneo, desde la frase acuñada por Martin Buber: el eclipse de Dios.
El decano de la Facultad de Filosofía de dicha Universidad continúa, en la tercera parte, con un capítulo sobre la metafísica del conocimiento de Dios y con otro sobre los itinerarios del pensamiento filosófico hacia Dios, que incluyen las cinco vías tomistas, las vías a priori y, de nuevo, las vías antropológicas.
Parece que el autor ha querido incluir el esquema clásico y metafísico de una teodicea y una teología natural en un esquema más amplio, marcado por una antropología personalista que acoge a los filósofos arriba citados. Romera indica que acceder a Dios implica a la totalidad de la persona, de modo que elabora su manual desde una dimensión existencial que apela a la antropología para tematizarse con la ayuda de la fenomenología y de la hermenéutica. Es decir, un enfoque integrador que muestra el profundo conocimiento que el autor tiene tanto de la metafísica del Aquinate, de la historia de la filosofía, de la antropología contemporánea y de los fenómenos secularistas actuales.