Jean Giono (Provenza, 1895-1970), conocido sobre todo por sus novelas El húsar sobre el tejado y El molino de Polonia, es el autor también de esta breve y sencilla historia sobre el amor a la naturaleza que ha tenido una importante difusión, también en España.
El hombre que plantaba árboles, de 1953, es un relato que el novelista francés publicó, de modo altruista, para “hacer que la gente amara los árboles, o, para ser más exacto hacer que amen el plantar árboles”. En él crea un entrañable personaje, Elzeard Bouffier, pastor solitario en la altiplanicie fronteriza con los Alpes, que consigue su felicidad plantando con paciente perseverancia miles árboles con los que logra convertir aquel páramo en una tierra agradable y fecunda que se irá poblando de esperanzados campesinos.
Es un cuento delicioso, poético, muy humano; un canto a la naturaleza y a la generosidad, en el que el narrador concluye: “Cuando pienso que un solo hombre, armado únicamente de sus recursos físicos y morales, fue capaz de hacer surgir de un yermo esta tierra prometida, me convenzo de que, a pesar de todo, el género humano es admirable”.