Plaza & Janés. Barcelona (1995). 427 págs. 2.650 ptas.
El hasta ahora conocido guionista Nicholas Evans (Worcestershire, 1950) escribe su primera novela, que llega con la aureola de best-seller y el interés cinematográfico de Robert Redford.
Grace, hija única de un rico y refinado matrimonio, sufre un grave accidente con su caballo. Sólo Tom, heredero de la ancestral estirpe de los susurradores de caballos, ayuda a Grace y a Pilgrim, el caballo, a retornar a la normalidad, devolviendo a la familia el equilibrio perdido.
Evans introduce ingredientes cercanos que despiertan interés: las relaciones entre madre e hija, las excelencias de la naturaleza y el amor a los animales. Sin embargo, ninguno de ellos es lo suficientemente sólido para mantener una historia de más de 400 páginas. Así, los aspectos secundarios cobran en ocasiones un protagonismo exagerado.
Nicholas Evans defiende una visión muy naturalista del amor, en la que la responsabilidad y compromisos van muy por detrás de los sentimientos. En este contexto, el autor quiere hacer pasar por naturales las escenas de sexo explícito que exige que tenga el guión. Como buen bestseller, utiliza la filosofía barata para subrayar la superficialidad de los temas planteados. Lo curioso es que la novela no empieza mal.
Javier Cercas Rueda