El hombre y el animal es un estudio sistemático de antropología biológica y filosófica. A través de sus páginas se entra a fondo en el Proyecto Gran Simio. La igualdad más allá de la humanidad (2006), de Peter Singer y Paola Cavalieri, una propuesta en defensa de la ética animalista (ver Aceprensa 2-07-2008).
Los autores de esta propuesta ideológica tratan de abolir las diferencias que distinguen a la persona del animal, mediante la ampliación progresiva del concepto de igualdad. “Exigimos -manifiestan Singer y Cavalieri en su Declaración sobre los grandes simios- que la comunidad de los iguales se haga extensiva a todos los grandes simios: los seres humanos, los chimpancés, los gorilas y los orangutanes”.
Prieto, profesor de Historia de la filosofía moderna en el Ateneo Pontificio “Regina Apostolorum” de Roma, analiza los errores propalados en esta reposición del dogma del Animalismo: descalifica así la identificación entre el cerebro y el ordenador, el pensamiento y la actividad nerviosa superior, la naturaleza del alma como algo material, la caridad como una función cerebral que manifiesta la debilidad del carácter, la etología como nueva ética de los sentidos, etc. Los “puntos fuertes” que en este libro Prieto nos ofrece para la diferenciación esencial entre el hombre y el animal se concretan en el estudio de la morfología, la conducta, la inteligencia y el lenguaje.
En el fondo, el animalismo propuesto por P. Singer -es conocido su activismo en favor del aborto, el infanticidio y la eutanasia- rechaza la razón como fundamento de la moralidad. Su propuesta explícita es, sencillamente, desacralizar la vida humana, título de uno de sus libros.
Las repercusiones políticas y legales de la nueva ideología no se han hecho esperar (por ejemplo, la Declaración universal de los derechos del animal, de la Unesco, y la Declaración sobre los grandes simios). En España, fue el caso de la proposición no de ley sobre adhesión al proyecto Gran Simio, aprobada por la Comisión parlamentaria de Medio Ambiente.
El lector interesado en las diferencias entre la persona y los animales, o en el hecho de que la vida personal pueda ser regulada de tal forma que alguien decida quién ha de vivir o no (págs. 86-115) encontrará en la lectura de este libro una excelente y cuidada doctrina, fundamentada en los conocimientos científicos y en la razón.