Tusquets. Barcelona (2000). 321 págs. 2.500 ptas.
La personalísima trayectoria literaria que Miñana (Barcelona, 1959) iniciaba con La claque (1986) se confirmaría más tarde en la novela que ahora se reedita, El jaquemart (1991), así como con La playa de Pekín (1996, ver servicio 68/96), Noticias del mundo real (1999, ver servicio 74/99) y la espléndida colección de relatos Última sopa de rabo de la tertulia España (1992).
El jaquemart recrea con acierto la Barcelona de los últimos años de Felipe IV, marcados por una terrible epidemia de peste. El maestro en artes y ciencias Buenaventura Deulocrega ocupa sus días, junto a su ayo Ot, en el Hospital de la Santa Cruz, donde se ha instalado con su caja de la botica, llena de «plantas secas, raspaduras minerales, pólvoras, jarabes y unturas» para combatir la plaga. En el hospital conoce a un enigmático personaje, Juan de Ameno, el relojero del rey, que prepara con obsesiva minuciosidad su último proyecto: un jaquemart o autómata de bronce destinado a la torre de horas de la catedral.
La novela recoge la amistad entre Buenaventura y Juan de Ameno, que se forja en las horas que anteceden al anochecer, porque el relojero, así como de día tenía la serenidad suficiente para enfrentarse a sus propios fantasmas, sin embargo, de noche «era un hombre asustado que necesitaba opio y compañía». La novela va reconstruyendo fragmentos del pasado de la vida de ambos que se ensamblan con maestría en el hilo narrativo principal, como si se tratara del mecanismo de relojería que está preparando el propio Juan de Ameno, y que poco a poco desvelan los enigmas de sus respectivas existencias, entretejidas ahora de dificultades y amarguras, entre las que no faltan las provocadas por las intrigas de algunos eclesiásticos.
Sobresale la capacidad fabuladora de Miñana, que depara una interesante y bien narrada trama.
Begoña Lozano