Siruela. Madrid (1996). 168 págs. 1.500 ptas.
Sofía, su padre y su abuela viven muy apartados en una isla del golfo de Escandinavia. El libro del verano, mediante breves y emotivos capítulos, desmadeja la cordial y entrañable relación de la abuela con su nieta, aunque tampoco faltan pataletas como consecuencia de las peregrinas ocurrencias de Sofía. No hay una historia cerrada, ni un argumento que avance, ni unas aventuras que contengan intriga. Ni falta que hace.
Los capítulos funcionan como delicadas estampas en las que, a través de detalles menudos de la vida en esa pequeña isla y con muchas referencias a la naturaleza y el paisaje, se profundiza en una íntima amistad, a la vez que se busca encontrar un sentido último a la vida, aunque la abuela muestre escepticismo religioso. El estilo es muy lírico y poético. Y la intensa y divertida relación que se da entre la nieta y la abuela hace que el lector recapacite también sobre los pequeños y significativos momentos que dan sentido al amor, al cariño y a la felicidad. Tove Janson (Helsinki, 1914) es autora de bastantes libros para niños. Esta novela, por su calidad y su frescura, es válida para todos los públicos.
Adolfo Torrecilla