Témpora. Salamanca (2004). 366 págs. 20 €. Traducción: Antonio Fernández Lera.
La historia de un negro esclavista en el Profundo Sur americano es sin duda un enfoque original. Con esta novela, Edward Jones, de raza negra, obtuvo en 2004 el Premio Pulitzer. El autor, nacido en Estados Unidos en 1950, evoca la situación de los esclavos negros en Virginia entre 1855 y 1861, año en que comenzó la Guerra de Secesión, que acabaría con la esclavitud.
El protagonista es un hijo de esclavos que compraron su libertad y que, ya adulto, gracias a su habilidad como artesano, logra ser propietario de tierras, vivir en una buena casa y adquirir hombres y mujeres de color. La circunstancia, poco conocida fuera de América, de que también había negros esclavistas determina que el argumento ofrezca una perspectiva distinta. También sorprende que sea su antiguo amo blanco la persona que más le ayuda a adaptarse a su nueva y próspera situación, olvidando sus orígenes hasta tal punto que provoca rechazo en sus padres.
La acción, lenta y minuciosa, tiene un tono melancólico unas veces, duramente realista otras; pese a algunas desigualdades de ritmo y situaciones demasiado largas y reiterativas, el cuadro social que ofrece atrapa la atención del lector. El elevado número de personajes, cada uno con su propio carácter y vicisitudes, imprime dimensión coral y también multirracial a la ficción, con negros ricos, blancos pobres, indios, etc., más allá de esquemas tópicos sobre opresores y oprimidos.
La falta de diálogos, el predominio del estilo indirecto y la expresividad del autor, con criterios estéticos y técnicos muy peculiares, complican la comprensión del texto, que exige un acercamiento atento y pausado. Sin embargo, con su mezcla de poesía y dureza, fantástica e implacable a la vez, esta novela tiene una fuerte personalidad que atrae, por la abigarrada riqueza y variedad de su universo narrativo.
Pilar de Cecilia