La guerra de los Balcanes hizo estallar lo que parecía un mundo entero comprimido en un solo país. En el año 1991, Yugoslavia comenzó a desintegrarse y la onda expansiva envió a cientos de miles de refugiados por toda Europa. Dubravka Ugrešić (Croacia, 1949) tuvo que exiliarse a Berlín y más tarde a Amsterdam, donde ha continuado con su carrera literaria. Como ensayista, No hay nadie en casa, recopilación de algunas de sus crónicas y ensayos, ofrece unas cuantas muestras de su estilo inteligente, mordaz y empapado de cultura europea.
El Museo de la Rendición Incondicional mantiene la estructura de sus otras obras de ficción, en las que la trama es tenue y secundaria. La narración se construye a base de fragmentos largos, en los que algunos …
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