Alfaguara. Madrid (1998). 267 págs. 2.400 ptas.
El orden en el mundo depende del alfabeto más de lo que parece. Así lo demuestra Juan José Millás en esta novela, en la que imagina el caos que podría producirse si de repente las letras empezaran a desaparecer de las palabras, tanto en los textos escritos como en la conversación. Su protagonista es un adolescente soñador capaz de vivir dos vidas paralelas, la imaginada y la real. Para pasar de una a otra utiliza como puente la enciclopedia de su padre, cuyas entradas consulta con curiosidad casi febril.
La trama, centrada en la función simbólica del lenguaje, en el orden oculto de su morfología y sintaxis, incluso en la secuencia convencional de la sucesión alfabética, se manifiesta a través de un personaje que, pese a su poca edad, posee una tremenda lucidez, capaz de alarmar o desconcertar a quienes le rodean con su lógica implacable. A lo largo de una sinuosa y a veces árida trayectoria se pone de manifiesto el valor de la palabra y la confusión que produce alterarla, vaciarla o adulterarla, tal como se hace en el mundo de hoy.
Para desarrollar esta reflexión de índole casi moral, Millás utiliza una técnica narrativa original pero que, pasada la inicial sorpresa, exige un notable esfuerzo al lector. El humor surrealista, la paradoja intelectual, el juego lingüístico y la tendencia a la abstracción prestan a la obra, pese a la aparente sencillez de su estilo, una marcada densidad conceptual. Su mensaje de denuncia del torbellino de palabras vacías, de papilla light que predomina en la sociedad actual, encerrada en las redes de lo virtual cada vez más, es certero, pero accesible seguramente a un ámbito reducido de lectores.
Pilar de Cecilia