Salamandra. Barcelona (2006). 16,50 €. 317 págs. Traducción: María Antonio Menini Pagès.
Tres relatos componen «El primer caso de Montalbano». «Siete lunes», el primero, es una trepidante persecución de Montalbano para detener la curiosa matanza de animales a manos de un psicópata. La correcta interpretación de «La Cábala» y los consejos de un divertidísimo sabio llamado Alcide Maraventano aportarán las pistas necesarias para que el inspector detenga los extraños sacrificios. El segundo relato, que da título al libro, es el más interesante, sobre todo para los seguidores de Camilleri. Montalbano se traslada a Vigata después de recibir el ascenso a comisario. A los pocos días de llegar, la extraña actitud de una joven con la que coincide en los juzgados despierta su curiosidad. Al final, la investigación le conduce hasta la peligrosa mafia. El tercero, «Regreso a los orígenes», narra la sorprendente desaparición de una chiquilla de tres años durante un par de horas. Una vez más el olfato policial del comisario será la clave que desvele qué esconde el extraño suceso.
Los tres relatos transcurren en diferentes momentos de la vida del comisario. Y tienen en común que no hay delitos de sangre, algo insólito en estas novelas. Salvo esto, no hay nada nuevo. Al igual que en otros títulos, la intuición del protagonista es clave para abordar las investigaciones, por encima de reglas y convencionalismos, ya sean sociales, policiales o legales. Los diálogos son rápidos y certeros y, como siempre, las descripciones de comidas jugosas y apetecibles.
José María Fernández Fuentes
