El río de la vida está formado por tres novelas cortas de las que la primera, la que lleva el título homónimo del libro, es la más conocida. Este relato, uno de los clásicos de la narrativa corta norteamericana del siglo XX, fue llevado con éxito al cine en 1992 por Robert Redford. Es una lástima que las otras dos narraciones que figuran en este libro no estén a la misma altura y acaben siendo en cierta manera un lastre para el conjunto.
Maclean (1902-1990) sólo publicó en vida este libro; más tarde aparecería un volumen con otros escritos suyos. El río de la vida lo publicó en 1976, ya jubilado. Son historias con un claro trasfondo autobiográfico, lo que se nota en la manera de contar las cosas y en la identificación del protagonista, el propio Norman en su juventud, con el narrador.
El escenario de estas narraciones es Mossula (Montana), donde vivía la familia del autor. El relato transcurre en 1937, cuando los protagonistas, Norman y su hermano Paul, están en la treintena. Norman ya está casado con Jessie y desempeña diversos trabajos en el servicio forestal de la región; Paul, el más joven, ha decidido ser periodista y tiene fama de meterse continuamente en líos como consecuencia de sus borracheras y de su relación con mujeres. Uno de los temas del libro es la relación que tienen los hermanos y la preocupación de Norman por ayudar a Paul, aunque no sabe cómo. Otro tema es la relación que mantienen con su padre, pastor presbiteriano ya retirado y que vive en otra localidad con su mujer.
“En nuestra familia, no había una separación clara entre la religión y la pesca con mosca”. Esta afición le da pie al autor para recrearse en las descripciones de los parajes naturales que frecuentan, los ríos donde pescan y los primores técnicos de este tipo de pesca. Quizá sea la envolvente presencia de la naturaleza lo más destacado de esta novela un tanto melancólica con la que el autor parece rendir cuentas con su memoria, como cuando explica la tensa relación con su hermano, y también algunos episodios familiares, como el ridículo y caprichoso hermano de su mujer, Jessie, protagonista de algunos de los breves episodios escabrosos de este relato.
Si en las escenas relacionadas con la pesca el relato alcanza momentos esplendorosos, a continuación aparecen otros sórdidos. Es Paul el que mejor sintetiza esta idea. Gran pescador, vive su afición con tal intensidad como si se trasladase a “un mundo apartado de los demás”; a continuación, sin embargo, viene la caída en el juego, la bebida, las peleas, que destrozan su vida y la de su familia.