En medio del fragor del trabajo, pendiente de notificaciones, correos, llamadas, noticias, posts y ofertas, a veces tomamos conciencia del valor que tiene nuestra atención y de lo que supone perderla. Y quizá vemos con nostalgia un mundo sin internet en el que estábamos plenamente concentrados y presentes.
Para comprobar si es posible recuperar la concentración y vivir desconectado, Johann Hari pasó tres meses en una cabaña cerca de la playa, en un pueblo pintoresco de la costa este de Estados Unidos. Fue allí con un móvil sin conexión, un viejo ordenador averiado para escribir y libros, muchos libros.
“La mayoría de la gente no quiere una vida acelerada; lo que quieres es una buena vida”, señala. El acierto de este libro es que estudia la atención con un enfoque amplio, es decir, partiendo de su experiencia personal, pero enriqueciendo sus reflexiones con el análisis de la repercusión psicológica que tiene en nuestra vida evitar la dispersión.
Por un lado, el autor afirma que las grandes tecnológicas quieren convencernos de que es culpa nuestra la distracción, pero resulta muy difícil creerlo cuando la rentabilidad de las aplicaciones depende del tiempo que pasamos conectados a ellas. Para Hari, sin embargo, el problema de la atención no tiene que ver tanto con la adicción a los dispositivos móviles, como con la obsesión por el crecimiento económico, pues constituye un gran negocio. Por eso desea denunciar y quebrar el llamado capitalismo de la vigilancia. Sobre todo, llama a la movilización social para sanar nuestras capacidades intelectuales y nuestro enfoque.
¿Qué recomendaciones hace el libro para superar las distracciones? Evidentemente, reconoce lo imposible que resulta hacer una estancia en un lugar remoto y sin internet que sea duradera. De hecho, Hari afirma que, meses después de su escapada, se volvió a encontrar con los mismos problemas de concentración. Lo importante para él es alcanzar el estado de flujo en nuestro trabajo, para lo que es imprescindible, en primer lugar, escoger claramente una meta definida, evitar la multitarea y que la actividad sea desafiante. En el estado de flujo, “sientes que estás puramente presente en el momento. Experimentas una pérdida de autoconciencia. En ese estado es como si tu ego se hubiera esfumado y te hubieras fundido con la tarea, como si fueras la roca que estás escalando”.
El valor de la atención es un libro sugerente y estimulante sobre cómo las pantallas están modelando nuestro carácter y cognición. Realmente interesante es su manera de abordar los problemas relacionados con el TDAH en niños y las experiencias que aporta. Ayudará a padres y profesores a tener una conversación honesta sobre qué es lo realmente trascendental en nuestro estilo de vida y qué protagonismo les damos a las redes sociales e internet.