Encuentro. Madrid (1998). 319 págs. 2.500 ptas. Traducción: Valentín García de Yebra.
Ediciones Encuentro recupera una obra importante de la literatura europea de mediados de siglo. Gertrud von Le Fort (1876-1971) creció en un ambiente cristiano en Westfalia y en 1925 se convirtió al catolicismo, un año después de publicar su libro de poesía Himnos a la Iglesia (ver servicio 118/95). Tres años después, en 1928, publicó su novela El velo de Verónica, que tendría su continuación en 1946 en La corona de los Ángeles. Escritas en primera persona por la joven Verónica, las dos novelas cuentan diferentes momentos de su biografía.
La narración de El velo de Verónica transcurre en Roma, en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. La narradora es una adolescente, de origen alemán, que vive con su abuela materna y con su tía Edel, ya que su madre murió y su padre está ausente en una delicada expedición científica.
Ante todo, se trata de una novela de personajes, porque si el proceso de la narradora hasta su conversión está magníficamente descrito, no menos acertada es la exposición de la psicología de los otros protagonistas. La abuela es una mujer admirable, culta, enamorada de Roma. Las descripciones de los paseos de la abuela y de la nieta por la ciudad constituyen uno de los mayores logros, con su carga simbólica y lírica.
La tía Edel es un personaje atormentado, que vacila ante la respuesta a la gracia, pero es el instrumento para que su sobrina se acerque a la Iglesia. Como contraste, Jeanette, la sirvienta, es una mujer alegre, generosa, que vive la fe con una gran naturalidad y sencillez. Junto a ella aparece Enzio, joven poeta amigo de la familia, cuya presencia da pie a interesantes consideraciones sobre el arte.
En La corona de los Ángeles, Verónica regresa a Alemania tras el final de la Primera Guerra Mundial. Verónica, que se ha planteado ingresar en un convento, se instala en Heidelberg y allí vuelve a encontrarse con Enzio.
Y lo que en principio parecía una cordial y amistosa relación se transforma en un encendido amor. Pero su amor entra en conflicto con el rechazo por parte de Enzio de lo que para Verónica es más importante: la religión católica y su idea del matrimonio y de la educación de los hijos. La novela, con una resolución final quizá exagerada, profundiza en una visión religiosa del amor, del matrimonio y de la relación entre dos personas que se aman.
Aunque en esta novela no es el tema principal, también se describe con bastante acierto la crisis religiosa que padece la civilización occidental y el clima social y universitario que se vivía en una Alemania que todavía no había superado las cicatrices morales de la Primera Guerra Mundial.
En síntesis, estas dos novelas de Gertrud von Le Fort tratan de expresar la relación entre la acción de la gracia y la libre correspondencia del hombre. No son novelas fáciles, sino el fiel reflejo de un alma densa, que manifiesta su altura moral e intelectual, la madurez de su fe y de su amor.
Luis Ramoneda