El viaje al amor es el segundo libro -de una trilogía prometida por el autor- de viajes a la felicidad, al amor y al poder. Quiere ser un libro de divulgación científica que desvele los secretos del amor por parte de la ciencia. Lo que sucede en el cuerpo humano en el enamoramiento, la atracción e incluso el desamor son la clave para introducir un concepto científico del amor. Con él se nos promete liberarnos de las interpretaciones antiguas realizadas desde la moral o la literatura, que hasta ahora iluminaban un ansia de entrega y desprendimiento.
Para Punset el amor es un instinto de fusión, que precede a la existencia del alma y de la conciencia, para la supervivencia de todos los organismos. Su origen lo sitúa en la primera bacteria replicante hace tres mil millones de años. El amor surge así de la propia materia. El azar es la causa de nuestra existencia, una existencia que en el hombre está programada por los genes transmitidos por las células sexuales. La fecundación y la embriogénesis son procesos primordiales e inconscientes.
Punset utiliza este hecho para defender la programación del comportamiento amoroso en el subconsciente. Los nuevos modelos de comportamiento social y emocional surgirán del inconsciente que la ciencia, afirma, pronto conocerá.
En su discurso los hombres son homínidos, término zoológico cuya especie superviviente es la humana. En contadas ocasiones aparece el término persona, más filosófico y humano, que encierra el misterio del hombre, su destino, el sentido de la vida y del amor. Las hormonas, los neurotransmisores y las zonas cerebrales que se activan para la fusión son protagonistas en este trabajo y los causantes del amor o desamor.
Abundan las entrevistas con expertos en la materia, y Punset se apoya en ellas para elaborar sus hipótesis. El autor describe también en varias ocasiones sus experiencias amorosas. Incluso propone una fórmula matemática para predecir la capacidad de amar basada en la relación coste/beneficio, como si de un negocio cualquiera se tratara.
La libertad del hombre que decide sobre sus propios actos en contra de sus deseos y pulsiones, pienso, es la clave de esta telaraña del amor que se nos propone. La libertad humana es para el autor una invención efímera como el dinero; dentro de sus planteamientos no cabe la primacía del hombre que decide qué hacer y qué no hacer. Su teoría omite la aportación de la antropología filosófica al conocimiento de la conducta humana.
El viaje al amor es de lectura fácil. Está dentro del cientifismo predominante y reduccionista de nuestra cultura que cae en el prejuicio de negar todo aquello que no está bajo el dominio de los sentidos.