Alfaguara. Madrid (1997). 123 págs. 1.600 ptas. Traducción: Avelino Hernández.
En el campo de extermino de Auschwitz, Daniel debe construir un violín para sus verdugos nazis. A esta tarea se dedica de una manera apasionada, intentando realizar un trabajo creativo a pesar de estar inmerso en el horror. Junto a él, otros dos músicos dan un concierto memorable al reducido grupo de jefes alemanes del campo. Muchos años después, el sonido de este violín es reconocido durante una velada musical en Cracovia por uno de aquellos músicos, lo que le lleva a la reconstrucción de esta historia.
El estilo es sobrio y eficaz. En ocasiones la narración se hace tópica al incidir en las consabidas brutalidades de los verdugos, sin conseguir una original atmósfera dramática. Con esta novela, la escritora catalana María Ángels Anglada (Vic, 1930) transmite un mensaje moral: aún en las situaciones más extremas -y hay pocas tan radicales como las que se vivieron en el campo de concentración de Auschwitz- el arte puede aportar su dosis de esperanza.
Ángel García Prieto