Alianza. Madrid (1994). 190 págs. 605 ptas.
La maestría de Anton Chéjov para el relato corto es incuestionable. De hecho, suele destacarse su labor para entender mejor la evolución de este género literario. Los doce relatos seleccionados pertenecen a su etapa de madurez.
Chejov revoluciona con estos cuentos, muy asentados en la realidad rusa, las técnicas tradicionales de la narración. Las secuencias de lo que cuenta están perfectamente estructuradas. Sus relatos son rápidos, porque es directo y preciso. Al evitar las descripciones detalladas elimina los altibajos. Otra de sus técnicas es mantener la emoción del lector ocultando la situación interior de los personajes, que funcionan a impulsos. Cualquier perfil psicológico está inteligentemente disimulado. Este elemento sorpresa no rechina en una narración lineal y permite, además, golpes de humor escasos pero rotundos.
Su estilo es limpio y veloz, y convierte lo que podía ser abundancia narrativa en sencilla fluidez. No en vano su aforismo más logrado es «La concisión es hermana del talento».
César Suárez