Jürgen Osterhammel es profesor de historia moderna y contemporánea en la Universidad de Constanza (Alemania) y un intelectual bien valorado en los círculos políticos y económicos de su país. Sus ensayos y conferencias, en la tradición de los grandes filósofos alemanes de la historia, gozan de amplia difusión, aunque, por lo general, presuponen en el lector un amplio conocimiento de la historia universal, y no solo de la europea. Precisamente este despliegue de conocimientos le permite observar el mundo globalizado a vista de pájaro, o mejor dicho, con la amplia perspectiva del vuelo del águila, que, en este caso, se remonta a través de los siglos para comprender mejor el futuro.
El libro es una recopilación de escritos publicados entre 2004 y 2015, en los que se encuentran referencias a la globalización y a sus precedentes históricos, a lugares y espacios singulares como las fronteras y los puertos, así como interesantes consideraciones sobre las revoluciones y las guerras civiles o a un apasionado elogio de la geografía, una disciplina sin la que la historia no sería posible. Osterhammel se presenta como el historiador de las globalizaciones, pues, según afirma, no existe una sola sino varias. Pero si hay varias globalizaciones, la historia no es universal, sino multiversal, según una lograda expresión del autor. De hecho, pese a ser alemán, no pone el acento en el futuro de Europa, sino en el del mundo.
Un siglo después de la publicación de La decadencia de Occidente, de Spengler, cabría preguntarse si Osterhammel se apunta también al pesimismo de los teóricos del declive. Pero su planteamiento es relativamente optimista. Es un defensor de la Europa unida, que para el Viejo Continente es la única manera de contar en el mundo globalizado, y se opone al soberanismo de muchos pequeños Estados, sean europeos o no. Precisamente ese soberanismo, que también se reviste de populismo, agita el fantasma de un enemigo: el capitalismo global, culpable de todos los males sociales y económicos. Con todo, los populistas son maestros en utilizar para sus intereses particulares las redes sociales, que desempeñan un papel indispensable en el mundo globalizado.
Los ensayos de Osterhammel se caracterizan por la amenidad, de tal forma que cuestiones en apariencia más secundarias, como la música o los animales, entran en la categoría de los grandes temas de la historia universal. Un ejemplo de esto es el último capítulo, dedicado al tigre, que demuestra que un original historiador de la cultura puede darnos con sus enfoques las más interesantes sorpresas.
