A los retos del complejo mundo de la educación, en los últimos años se ha sumado el saber integrar un uso sano de los dispositivos electrónicos, redes sociales y modelos de ocio online en los niños y adolescentes. Coordinado por María José Abad, este libro nace tras cinco años de estudio de los expertos del proyecto Empantallados y varias encuestas realizadas con GAD3 sobre cómo afecta la tecnología a nuestra vida diaria y cómo influye en la familia.
Podríamos decir que estamos ante un manual para padres, aunque no solamente. Al hablar de pautas y sugerencias que pueden resultar útiles, también ahonda en los problemas a los que se enfrentan las generaciones más jóvenes, como pueden ser la construcción de la propia identidad, la autoestima y la influencia de las redes sociales en su vida social. A los consejos habituales y más conocidos por todos, se suman otros más interesantes como el tratar de que el ocio online nos lleve al ocio fuera de las pantallas. Por ejemplo, al ver una serie, después podemos establecer un rato en familia para comentarla. O si los niños pasan mucho rato viendo videos en YouTube sobre algún tema que les gusta, pueden dedicar una hora a pintar sobre eso mismo, como modo de fomentar también la creatividad e imaginación.
Especialmente interesante resulta el capítulo sobre el primer móvil. Según las encuestas que se recogen en Empantallados, un 20% de los niños de diez años ya tienen un smartphone, la proporción se eleva hasta un 90% en el caso de los de catorce años. Se subraya en repetidas ocasiones que no hay recetas mágicas ni reglas rígidas sobre el uso de estos dispositivos en la adolescencia ni cuándo es el momento ideal de darles un móvil, aunque sí que pueden encontrarse un buen puñado de consejos para que cada familia decida en su situación particular y teniendo en cuenta aspectos como la madurez o las aficiones y gustos del hijo. El abanico de edades y situaciones que se reflejan es todo lo amplio que podría esperarse, con referencias para chicos desde los ocho años hasta la mayoría de edad. El libro dedica toda la parte final a resolver preguntas, a modo de consultorio, que pueden surgir en las familias sobre la relación que establecemos con las pantallas, como pueden ser si es necesario o no instalar filtros de contenido o cómo detectar y actuar ante una adicción a los videojuegos.
Sin embargo, no todo tiene que ver con los más pequeños, ya que el uso que dan los adultos a la tecnología es también clave a la hora de educar sobre ella. Los padres que lean el libro podrán verse reflejados en numerosas situaciones que resaltan cómo los primeros que deben repensar su actitud hacia móviles, llamadas, teletrabajo y redes sociales son ellos mismos para poder enseñar a sus hijos cuál es la manera correcta de usar todas estas herramientas.
Aquellas personas que se ocupen de niños y adolescentes, como padres y educadores, encontrarán ideas sugerentes y atractivas con las que tomar mejores decisiones en el día a día, tanto en casa como en el colegio.