Anagrama. Barcelona (2001). 354 págs. 2.700 ptas. Traducción: Jesús Zulaika.
La novela pivota sobre dos ejes: la descripción de una parcela del entramado social de EE.UU. y la narración de una crisis matrimonial. El nexo de ambas historias es el protagonista y su trabajo. Con estos tres elementos coexisten pequeñas subtramas: los fundamentos de un liderazgo sólido, la cocina de una campaña política o el intento de transmitir el latido de una ciudad como Nueva York. Mucho material narrativo, pero empleado con una maestría que hace que todo ayude a resaltar y explicar la trama principal.
Henry Park, de origen coreano, es investigador privado: su trabajo consiste en introducirse y mimetizarse en el ambiente de la persona objeto de «estudio» y vender luego los resultados. Es un hombre prudente y circunspecto, frío, amigo de silencios llenos de complejidades, con un modo muy particular de expresar emociones, enrarecido por los rastros que le deja su trabajo, que le exige vivir distintas vidas y ser distintos personajes. Se introduce en el entorno de un candidato a la alcaldía de Nueva York y la evolución de este último encargo marcará un hito importante en su conocimiento propio y en su matrimonio.
La historia está muy bien contada, con un desarrollo lineal en primera persona, y breves saltos al pasado con los que el protagonista recorre su vida desde la infancia. Se analizan en profundidad muchas de las cuestiones citadas al principio y se aportan nuevas luces al conocimiento del sueño americano, tema tan tratado (y tan puesto en cuarentena) por la novelística de ese país. Los diálogos son muy vivos y el estilo sobrio y de gran expresividad. Se trata de un libro lleno de matices, de ritmo que no decae, a pesar de su relativa larga extensión y magistralmente resuelto en su desenlace.
ChangRae Lee nació en Corea del Sur en 1967 y vive en los Estados Unidos desde los tres años. En lengua materna (1995) es su primera novela.
Javier Cercas Rueda