Si algo resulta balsámico para la sociedad actual son los autores que se lanzan a combatir la profunda crisis de la cultura contemporánea, tratando de recuperar la preciosa herencia intelectual occidental. Sobre todo si, como en el caso de Finkielkraut, quien lo hace explica que para luchar contra algunos de sus enemigos −por ejemplo, el fanatismo islámico− no basta un pobretón “nihilismo igualitario”.
Alain Finkielkraut es una referencia intelectual destacada y miembro de la Academia francesa. Tras algunos años sin publicar, En primera persona es una obra íntima con la que desea responder a “la intelligentsia progresista” que lo califica de reaccionario. Traza, así, su itinerario en un libro sincero por el que desfilan sin tapujos cuestion…
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