Emecé. Barcelona (2006). 389 págs. 22 €. Traducción: Gerardo di Masso.
Amitav Ghosh (Calcuta, 1956) es merecidamente uno de los escritores angloindios vivos de mayor prestigio. Tiene cuatro excelentes novelas publicadas en Anagrama, todas ellas de trama original, con fuerza, que no desprecian los atractivos de la intriga, pero fundamentan su calidad en la construcción de personajes y en un estilo, limpio y enormemente expresivo.
Junto a ellas ha publicado tres obras de tipo documental, entre el libro de viaje, la crónica ambiental y el ensayo de antropología social. En el tercero de ellos, «En una tierra milenaria», cuenta la investigación que llevó a cabo entre 1988 y 1990 a partir de unos manuscritos encontrados en una antigua sinagoga. En ellos se hablaba de Bomma, un esclavo indio que ocupaba un puesto muy especial en la casa de su amo, en Egipto, a mediados del siglo XII. La fiebre de la curiosidad lleva a Ghosh de un lado para otro hasta poder reconstruir con bastante fidelidad el ambiente y buena parte de la trayectoria vital del esclavo.
Entre los capítulos que le dedica intercala otros en los que va dando cuenta de la propia encuesta. Estos resultan casi más interesantes por la viveza, la naturalidad y el encanto con que muestra su relación con las familias con quienes vive, el choque de culturas india y árabe, las sencillas anécdotas que se suceden y los intrincados meandros que ha de ir salvando para sacar adelante su propósito. El libro está bien documentado e incluye al final un detallado aparato de notas sobre las fuentes de cada capítulo.
«En una tierra milenaria» es un relato de muchas capas: costumbrismo local, digresión histórica, leyendas locales, descripción geográfica, narración de los vericuetos de la metodología investigadora o intento de hacer antropología de la religión. Aunque el libro se aleja del interés que provocan sus novelas, siempre es un placer leer a Ghosh.
Javier Cercas Rueda