De entre la breve producción novelística de Luis Landero (1948) merecen destacarse dos obras, Juegos de la edad tardía (1989), la más citada por la crítica, y El mágico aprendiz. En las dos, Landero ha sabido crear unos personajes que compensan con sueños su insatisfacción con sus vidas.
Entre líneas: el cuento o la vida es uno de esos libros, tan de moda hoy día, que mezclan diferentes géneros literarios. Por un lado, se trata de un libro de memorias, pues a través de capítulos alternos el autor, en primera persona, reflexiona sobre su trabajo como escritor. En los otros capítulos, en tercera persona, se cuenta la vida de un profesor de lengua y literatura, que posee rasgos que recuerdan también al propio Landero.
Los dos tipos de textos, con dos estilos distintos, reflexionan sobre la misma idea: el peso y el valor de la literatura, vista desde las perspectivas del profesor, el lector y el escritor. Como profesor, las reflexiones resultan muy interesantes, pues muestran la realidad que se vive hoy día en la enseñanza en España, donde estas disciplinas apenas tienen interés para los alumnos. Por eso el profesor, y el autor, han llegado a la conclusión de que «la literatura se aprende, pero no se enseña», ya que la cruda actualidad impone su ley: «La realidad es que un alumno medio de bachillerato lee silabeando y a trompicones, tiene dificultades casi insalvables para entender el editorial de un periódico, escribe con oraciones simples (…), su bosquejo léxico es de supervivencia, quiere explicar algo y no le alcanzan las palabras».
Como lector, su relación con las historias y los libros, desde pequeño, ha sido muy intensa. De hecho, la vida , dice el propio Landero, es una sucesión de libros y lecturas. A lo largo de los dos textos abundan las referencias biográficas que remiten a «aquellos tiempos fronterizos entre la mentalidad tradicional y la estrictamente contemporánea», con jugosas anécdotas sobre sus años escolares y la llegada de la Coca-Cola a Alburquerque, todo un hito.
Entre líneas: el cuento o la vida es una obra que se aleja deliberadamente y al mismo tiempo, del ensayo y la ficción, un original libro de memorias donde Landero, con anécdota o sin ella, personaliza su íntima visión de la literatura.