Doce escritores y sus relaciones con la industria de Hollywood: es el tema que aborda este documentado libro del crítico José María Aresté, premiado por el Círculo de Escritores Cinematográficos en el apartado de mejor labor literaria y periodística del año 2006. Aresté (Zaragoza, 1966) es director de las revistas Estrenos y DeVideo, así como del portal cinematográfico www.decine21.com, y crítico de cine en Aceprensa. Ha publicado monografías sobre los directores William Wyler y Francis Ford Coppola.
Entre los doce escritores enrolados por las grandes productoras californianas que Aresté reúne en su libro hay dos premios Nobel (William Faulkner y John Steinbeck), tres autores teatrales (el español Enrique Jardiel Poncela, Arthur Miller y David Mamet), un autor de best sellers (Michael Crichton), un crítico de prestigio (James M. Cain) y cinco narradores de gran reputación (Ray Bradbury, Graham Greene, F. Scott Fitzgerald, Truman Capote y Paul Auster). De los doce, cuatro aún viven (Bradbury, Crichton, Auster y Mamet).
Aresté sabe ser erudito, ameno y analítico, como señala el escritor Juan Manuel de Prada en el prólogo. Las semblanzas de los doce escritores seleccionados ponen de manifiesto el trasvase casi siempre accidentado y traumático entre la literatura y el cine. Este flujo de doble sentido tiene lugar en un territorio -Hollywood- que pone a prueba el equilibrio entre la vida y la obra de unos autores contratados a golpe de talonario por una industria que quiere prestigio, siempre que el prestigio atraiga inversiones y espectadores. Aresté describe de manera muy gráfica la postura de cada uno de los escritores ante el cine, que en Hollywood se elabora según una fórmula que mezcla el arte con la técnica, con gran mediación del marketing.
Escritores de cine es más un libro de escritores que de escritos. Aresté ha elegido hablar de las relaciones de doce escritores con la industria del cine norteamericano. Y lo que cuenta es muy interesante y sugestivo, aunque para mi gusto con una excesiva presencia de las peripecias biográficas en detrimento de las netamente profesionales. Para otro volumen de Aresté -o de quien se anime- quedaría un análisis más pormenorizado, en clave narratológica comparada, de la secuencia transformativa libro-guión-filme en las películas basadas en obras de estos doce literatos.