Cuando Julián Marías en su España inteligible se hacía la pregunta acerca del ser de España, puntualizaba: “Nos preguntamos qué es España, mirando la realidad que nos envuelve, de la cual estamos hechos, que nos empuja desde el pasado y nos remite al horizonte de nuestro porvenir”, y proponía una relectura de la historia de España, desde sus orígenes. Precisamente, García de Cortázar intenta salir de la perplejidad a que nos conduce el preguntarnos por el ser de España en los últimos cien años y lo hace con este libro, que recoge un centenar de artículos de periódico, revisados, ordenados y clasificados en torno a seis grandes temas, que vienen a coincidir con otros tantos momentos de nuestro pasado reciente.
La perplejidad nace de constatar cómo ante el surgimiento de una idea grande, generosa y a la vez ambiciosa de España, surge la rabia, el aldeanismo, la obsesión por ver enemigos en aquellos que no la comparten. Surgen así las tensiones expuestas en este libro que alcanzan su clímax en los años de la II República y la Guerra Civil. Así lo explica García de Cortázar: “La España de la tradición y del progreso, la España católica y laica, la España monárquica y republicana, la España liberal y conservadora dejaron de ser versiones de un mismo proyecto nacional para presentarse como amenazas a la supervivencia de los españoles”.
La grandeza de espíritu de nuestros antepasados, a quienes les “dolía España”, en el 98, en el 14, en el 27… se ve derrotada por la falta de una Idea, así, con mayúscula, de España. Y ahí, en esas dos Españas larvadas en las guerras carlistas del XIX, desgarradas en los años 30 del siglo XX, surge la raíz de esa falta de idea de España que hoy lleva a nuestro país por lamentables bifurcaciones que difícilmente recuperarán esa senda amplia, andadera, que construyeron grandes políticos e intelectuales de la talla de Unamuno, Marañón, Menéndez Pidal, Ortega…
Pero el libro no recoge la queja nostálgica de García de Cortázar, que se mueve con enorme soltura y amplitud de miras por nuestra trayectoria histórica, y que es capaz de recuperar la memoria de personajes que han quedado casi en el olvido, como el sindicalista Joan Peiró o el tradicionalista Antonio Goicoechea, y de restablecer el auténtico significado de hechos y palabras, como la tan citada frase “España ha dejado de ser católica”, que García de Cortázar reinterpreta en clave de siglos, no de coyuntura puntual.
El desfile de nombres a lo largo del libro es inmenso. El autor, citando a unos y otros, huye de tópicos, desmonta mitos y evita la demonización generalizada de una de las partes en contienda.