«Esta historia» tiene un excelente comienzo, con dos capítulos ambientados a principios del siglo XX en Italia que son un original homenaje al naciente mundo del automóvil. En ellos se nos cuenta la infancia de Último, el protagonista, un niño un tanto extraño que vive subyugado por la pasión de su padre a los automóviles. Libero Parri vende sus vacas y monta un taller de automóviles cuando todavía no se ha extendido su uso. Libero transmite a su hijo esta irracional fiebre automovilística que quiere funcionar en la novela como una parábola existencial. Luego la acción se traslada a diferentes ambientes y escenarios, y son sucesivos narradores los que cuentan de pasada la vida de Último y su obsesión por las carreteras.
Baricco (Turín, 1958) no quiere construir un relato lineal ni realista; sin embargo, la simbólica trama apenas consigue tener entidad literaria y lo que se cuenta suena a extraño, a rebuscado, a falso. Último comparte el protagonismo con Elizaveta, una joven exiliada rusa que conoce en Estados Unidos y quien años después intentará hacer realidad la obsesión de Baricco por la construcción de una carretera que sea una radiografía de su propia vida. Esta imagen, el diseño de la carretera unido a la propia vida, con la que Baricco quiere condensar el mensaje de la novela, no consigue transmitir ninguna inquietud existencial.
Ángel Amador
