Decía Aristóteles que la ética no consiste en saber qué es el bien, sino en cómo ser buenos. Y, aunque razón no le faltaba, lo cierto es que en la sociedad contemporánea la ética y los valores aparecen más como mensajes teóricos que como realidades vividas. Tal vez ese hiato entre lo que sabemos que debe hacerse y lo que hacemos se acentúe en el momento de las crisis de valores. No está de más, en este sentido, presentar, como con acierto hace Rafael Gómez Pérez, la vida ética como una tarea sencilla y hacer comprender a los alumnos que lo importante es intentar vivirlos.
Después de aclarar lo que son los valores -la relación de los valores con la libertad, las diferentes tipologías de valores y su consistencia- el autor disecciona 21 valores éticos, es decir, valores que se basan en el bien, distinguiendo entre los valores personales y los valores sociales. Entre los primeros están la humildad, la valentía, la autoestima, el optimismo y la constancia y sobre ellos se construyen los que hacen referencia a los demás, los sociales, como la justicia, la lealtad, la laboriosidad, la diligencia o el perdón.
El libro, que está escrito para poder ser empleado como manual en un curso de valores, es muy formativo, aclara algunos malentendidos y, sobre todo, mantiene a lo largo de todas sus páginas un punto de vista marcadamente optimista. Las anécdotas sirven al autor para ilustrar determinados puntos de vista y facilitan la comprensión de los diferentes valores, ejemplificando también ese sentido común que orienta al hombre hacia lo que realmente vale la pena. Rafael Gómez Pérez nos indica que los valores existen y que vivirlos -transformándose uno mismo y transformando la sociedad- es algo a la altura del hombre.