Como apunta el título, se entrecruzan en los diversos artículos que componen este libro dos registros: el de la experiencia religiosa y el específico de la fe cristiana.
El primero se refiere a la vivencia de lo numinoso o sagrado, que sacude al hombre en sus fibras más íntimas y le lleva a reservarle un espacio localizado de culto y un tiempo periódico de conmemoración. En gran parte son los mismos ciclos de la Naturaleza, o bien sus fuerzas irresistibles, los que provocan el sentido del misterio. En cambio, en la fe la iniciativa viene de Dios, correspondiéndole al hombre su acogida en la obediencia de la fe.
A diferencia de la religiosidad natural, la fe va unida a un fiarse el creyente de la Persona divina que se le manifiesta y a la qu…
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