Destino. Barcelona (1998). 207 págs. 2.500 ptas.
El argentino Pablo De Santis (Buenos Aires, 1963) ha sido guionista de televisión y de cómics, y actualmente dirige colecciones de libros para jóvenes. Es autor de varias novelas, entre las que destaca La traducción, finalista del Premio Planeta Argentina 1997. En su última obra, Filosofía y Letras, desarrolla una historia que explora los límites entre ficción y realidad en la literatura.
Mientras hace el doctorado, Esteban Miró entra a trabajar de ayudante en el Instituto de Literatura Nacional de la Universidad de Buenos Aires. Allí tiene como jefe al profesor Conde, máxima autoridad en la obra de Homero Brocca, un escritor de vida casi desconocida y del que sólo se conserva una narración que circula en múltiples versiones. La indiferencia del protagonista ante los escritos del misterioso escritor comienza a desvanecerse cuando él mismo recibe el encargo de revisar las versiones que están en poder de su jefe. Entonces, llega a su conocimiento que otros dos profesores universitarios pugnan por hacerse un nombre entre los críticos de Brocca. Pero adentrarse en el mundo de Brocca resulta ser algo mucho más arriesgado que ejercer la crítica literaria cuando comienzan a aparecer cadáveres.
El autor acierta al plasmar este original argumento en una novela ágil y repleta de diálogos, lo que la asemeja a un guión cinematográfico. Pero este recurso, aunque eficaz para mantener la tensión, deja numerosos cabos sueltos y hace que algunos personajes queden desdibujados. De Santis acierta sin embargo al mostrar, una y otra vez, el edificio del instituto casi como un ser viviente, un lugar fantasmagórico y destartalado que cuadra perfectamente con el ambiente de la narración.
Bajo la trama policiaca subyace una interesante indagación acerca de las posibilidades de la creación literaria. Heredero de una tradición literaria latinoamericana, De Santis se adentra en terreno cuasimetafísico al jugar con la realidad, confundiéndola con la literatura. Pero el mayor acierto de la novela es que la intriga no reside en la acción de los personajes sino en la figura de Homero Brocca. De Santis dosifica con maestría el misterio acerca de este personaje que a ratos parece real y otras veces sólo parece existir en la mente de los críticos.
Pablo de Santiago