Hay libros oportunos aunque no se hayan escrito de un modo oportunista, y actuales, no sólo porque abordan temas de actualidad, sino también porque sus reflexiones van más allá de un intento de consensuar pacíficamente o de tranquilizar a los posibles confundidos o perplejos.
Así se muestra este excelente trabajo del jurista italiano Francesco D’Agostino, cuya temática fue presentada en 1988 y a la que siguió una edición en 1991, ensanchada ahora con nuevas contribuciones.
Cuestiones clásicas y actuales sobre la familia se dan cita aquí de un modo abierto y culto. D’Agostino utiliza la literatura, el derecho, la filosofía y la teología para mostrar sus reflexiones sobre las nuevas tecnologías reproductivas, la multiplicación de figuras paternas o maternas, la dialéctica de los sexos, por mencionar alguno de sus capítulos. Podríamos afirmar que todo lo que importa sobre la familia se trata en este libro, considerando muchas voces y propuestas plurales, con sus aciertos y limitaciones, sin prejuicios. Al igual que muestra la dificultad de santo Tomás en acertar sobre lo característico de la mujer, utiliza libremente la literatura de Dostoievsky y los poemas de Milton para ilustrar aspectos de la familia, así como la “Carta a las familias” de Juan Pablo II. Por eso el libro no es un manual, ni su carácter es divulgativo, ni defiende nada, sino que estudia, reflexiona, plantea preguntas, deja temas abiertos y propone conclusiones.
El propio autor ofrece algunas de sus tesis en el prólogo: la familiaridad es una dimensión constitutiva del ser del hombre; familiaridad y juridicidad son dimensiones correlativas; la dialéctica de los sexos, en su principio, es siempre conyugal.
Un libro para estudiosos, para quien no se conforme con confirmarse, sino que pretenda abordar los problemas en su complejidad, con un planteamiento que incluye el proceso histórico y la lucidez de un prestigioso autor.
Patricia Morodo