La judía de ToledoKönig Ottokars Glück und EndeDie Jüdin von ToledoGredos. Madrid (2004). 336 págs. 27 €. Traducción: Roberto Bravo de la Varga.
El dramaturgo Franz Grillparzer, apenas traducido en España, está considerado el padre de la literatura austríaca moderna. Una experta introducción de Roberto Bravo justifica tal epíteto al darnos la medida de este Shakespeare o Schiller austríaco, devoto de Lope y Calderón y fundador del llamado «Mito Habsbúrgico», esa memoria literaria singular que les resultará familiar a los lectores de Joseph Roth («Austria es una religión»), Stefan Zweig o Claudio Magris, entre otros.
Tras la crisis de la Ilustración, el mundo alemán -protestante- se escindió en dos vertientes generales de pensamiento: la actitud revolucionaria de los románticos más iconoclastas, o un ambiguo nihilismo, ambas posturas como fruto de la desconfianza en el poder de la razón. Pero la tradición católica de Austria permitió una tercera vía: el equilibrio entre la autonomía del sujeto y sus evidentes limitaciones, que nace del reconocimiento del libre arbitrio de la voluntad (por contraste con el determinismo protestante) y de la constatación del fracaso del idealismo con sus delirios de autonomía absoluta del individuo. Este pensamiento está en la raíz de los dramas de Grillparzer: la perplejidad del hombre moderno enfrentado a realidades que se comportan azarosamente respecto de su voluntad, y ante las cuales, sin embargo, debe tomar decisiones y llevarlas a cabo.
Grillparzer esquiva tanto el idealismo como el conformismo burgués, y en sus ambiciosas tragedias escenifica profundos conflictos de conciencia a través de tramas de género histórico; en este caso, una de tema político («Fortuna y fin del rey Ottokar») y otra de tema político-amoroso («La judía de Toledo»). Sorprende la amenidad con que se leen estos dramas de principios del XIX, amenidad debida a dos factores principales: la intriga «in crescendo» y un estilo capaz de conciliar el discurso elevado y el coloquial. El ritmo es proporcionado y preciso, sin digresiones: clásico en el mejor sentido.
«Fortuna y fin del rey Ottokar» es la historia del declive de un rey prepotente que codició el cetro del Sacro Imperio por encima de la legalidad, arrastrando a sus súbditos a una guerra injusta. Éstos se acaban rebelando y se pasan a su adversario, el también aspirante a emperador Rodolfo de Habsburgo, quien acabará imponiéndose y fundando la mítica dinastía. Por encima de este esquema, de riguroso carácter histórico e indudable intención propagandística (los Habsburgo reinaban en tiempos del dramaturgo), Grillparzer carga a los personajes de una densidad psicológica que los sustrae a todo maniqueísmo. Al cabo, el protagonismo lo ostenta la piedad y el perdón: sólo Dios juzga, porque sólo Él sabe hasta qué punto el hombre es o no responsable de lo que las apariencias le imputan.
«La judía de Toledo», sin atesorar la riqueza de recursos de la otra, es también una pieza maestra. De tema español, la obra versa sobre el ilegítimo enamoramiento de Alfonso VIII de una judía caprichosa y fatal, ilegítimo por adúltero y porque, al propiciar la dejación de sus deberes de Estado, la patria queda a merced del renovado avance de los moros. Una junta de nobles decide la muerte de la intrusa, que restablece con su muerte el bien común. Todos los personajes se debaten entre una culpa consciente y un azar fatal; el conflicto del fin justo a través de un medio cruel está servido, pero con mil matices, como en la vida real. El desenlace apunta a una doble solución: piedad y lucha de la voluntad a pesar de la fatalidad.
Ortega estimó que el valor de los clásicos consiste justamente en su perenne actualidad: desde luego, la complejidad y hondura con que Franz Grillparzer trata los eternos problemas de la conciencia garantizan una lectura de calado.
Jorge Bustos Táuler