Tusquets. Barcelona (1992). 349 págs. 2.500 ptas.
Con este libro, Jane Smiley obtuvo el premio Pulitzer de novela 1992 y el Nacional de la Crítica norteamericana en 1991. Se trata de una tragedia familiar de tintes shakespearianos.
Un pequeño y ya anciano terrateniente, de carácter colérico, reparte entre sus tres hijas los mil acres de tierra que han pertenecido a su familia durante cuatro generaciones. Las herederas hubieran seguido con la tradición, cuidando la granja y las tierras. Pero el padre, aquejado de demencia senil, hace aflorar entre ellas sentimientos de venganza y celos que terminan en tragedia.
La autora presenta a sus personajes a través de unos pocos rasgos que van adquiriendo consistencia poco a poco: de conformistas, se transforman en seres atormentados por la incomprensión. El relato, que comienza de un modo apacible, acaba por convertirse en un dantesco cuadro de pasiones torcidas, traumas infantiles, relaciones incestuosas y otras maldades de difícil digestión.
La autora acusa una excesiva tendencia a volver una y otra vez sobre lo mismo, de modo que apenas consigue dar al relato el ritmo adecuado. Esto hace que la narración resulte excesivamente plana, sin que al final se resuelva el conflicto planteado. Con todo, Smiley mantiene una digna calidad literaria que salva en algo el conjunto. Destaca especialmente la fina percepción psicológica -algo desvirtuada- y la ambientación realista en la que se enmarca el relato.
Begoña Lozano