Ediciones Martínez Roca. Barcelona (1999). 205 págs. 2.200 ptas.
En 1996 editorial Anagrama ofrecía, bajo el título de Madres e hijas (ver servicio 33/96) y en edición de Laura Freixas, una brillante antología de relatos de escritoras en los que se abordaban las relaciones entre madres e hijas. Tres años más tarde, Ediciones Martínez Roca recupera una iniciativa similar y ofrece a sus lectores Hijas y padres, que recoge once relatos de otras tantas escritoras, que «destapan el velo que cubre la compleja relación sentimental entre padre e hija, una unión no siempre exenta de secretos y que la mayoría de las veces se descubre demasiado tarde», como escribe en el prólogo Alejandra Vallejo-Nágera.
El ingrediente común a todos estos relatos es la recuperación de la figura del padre como tema central, que se aborda desde perspectivas y formas literarias muy diversas. Inicia el libro un apunte autobiográfico de Ángeles Caso que habla, desde la ternura y la sinceridad, de la relación entrañable con su padre, en un relato que llega a conmover y, sin duda, uno de los más sobresalientes de la colección. Lucía Etxebarría, en cambio, opta por un relato de ficción -escrito desde la perspectiva de una niña de diez años- porque «lo nuestro es demasiado nuestro como para que yo le escriba cartas públicas». Laura Freixas, por su parte, hace incursiones en el terreno de lo privado pero se distancia del peligro del sentimentalismo mediante una perspectiva humorística muy lograda y a través de una prosa ágil.
Siguen los relatos de Flavia Company, Almudena de Arteaga, María Jaén, Carmen Posadas, Carmen Rigalt, Margarita Rivière, Zoe Valdés y Alejandra Vallejo-Nágera, que recrean al padre dominante, el lascivo, el sobreprotector, el perfecto, el intelectual, el «héroe que nunca fue», etc. Recogen experiencias diversas, a veces contradictorias, y entre las que destacan las que dan lugar a sentimientos de gratitud que se plasman en acertadas y hermosas reflexiones que dan a la figura del padre una dimensión muy humana.
Begoña Lozano Carbayo