Aunque san Juan Pablo II no escribió nunca su autobiografía completa, los discursos y textos de que disponemos han permitido agavillar las referencias a su vida y ofrecerlas en este libro de forma cronológica, acercando más su figura al público y sobre todo haciéndolo de primera mano. Se trata de una selección breve, que permite recordar de un modo entrañable su figura en este año en el que se cumple el décimo aniversario de su muerte.
Existen en el mercado numerosas biografías, pero la ventaja de esta es no solo la de subrayar los acontecimientos que para el propio santo fueron decisivos en su vida, sino hacerlo con su fuerza expresiva y su visión sobrenatural características.
Aparte de su infancia –y la vida de oración que tuvo en su hogar–, sus inquietudes culturales tan tempranas o su primer acercamiento a la literatura espiritual, san Juan Pablo II recuerda los obstáculos durante sus años de seminarista, el trabajo y la solidaridad entre los obreros o su primera estancia en Roma como estudiante. Se manifiesta, así, de un modo paulatino como un sacerdote entregado y enamorado de su vocación, dispuesto siempre a aceptar de modo sobrenatural las difíciles circunstancias de su vida.
Es admirable su humildad, su agradecimiento y su piedad. Nunca se da importancia; a veces, se quita mérito. En aquellas alocuciones o discursos más personales, lo importante deja de ser el propio Papa, que se empeña en que sobresalga siempre la acción de Dios en su vida.
La primera parte del libro concluye con su elección como sumo pontífice. En uno de los textos incluidos comenta que su intención fue llevar el mensaje cristiano a todas las naciones y esforzarse por servir a la Iglesia. Los viajes del “Papa viajero”, el atentado, su atención pastoral y su dedicación a la juventud, así como ciertas reflexiones sobre la muerte son algunos de los aspectos tratados en esta recopilación autobiográfica.
Especialmente sobrecogedor es el testimonio de este Papa, su aceptación heroica del sufrimiento y de las pruebas, su profunda alegría incluso en momentos de dolor y sufrimiento. San Juan Pablo II se servía de sus recuerdos para ofrecer siempre una enseñanza espiritual y para proponer a los fieles un encuentro más íntimo con Dios. Por eso, estas páginas muestran la vida de un gran hombre, la de un santo, pero constituyen también una reflexión profunda sobre Dios, el ser humano, la oración, el amor y el sufrimiento.