El Ateneo. Buenos Aires (2005). 268 págs. 13,75 €.
Pascal Acot, científico francés e historiador de la ciencia, se propone en este libro establecer qué sabemos de los climas del pasado para intentar prever qué podemos esperar en el futuro, teniendo siempre como eje la interacción entre el clima y los seres vivos. En la primera parte estudia el clima desde la formación de la Tierra hasta hace 18.000 años. Dedica especial atención al papel del clima en las cinco grandes extinciones masivas. ¿Las causó el clima?
En la segunda parte analiza el impacto de las sociedades humanas en los cambios climáticos desde el mesolítico hasta nuestros días. ¿Influyó el clima en la caída del Imperio romano, en el ocaso de la cultura Maya, o en la derrota de Napoleón y Hitler en sus respectivas invasiones de Rusia? Acot piensa que el clima es un factor importante de la historia, pero no la determina. Para Acot es fundamental pensar el clima en términos «geoclimáticos», es decir, si cambiamos la morfología del terreno cambiamos el clima de la región. La tercera parte trata sobre el calentamiento global; en ella se estudia «El Niño» y los desastres naturales padecidos en Europa y Asia entre 1999 y 2002.
Las conclusiones del autor son inquietantes: si «a comienzos de 1990 todavía no había un acuerdo sobre las causas del recalentamiento del planeta (…) en la actualidad ya no hay divisiones dentro de la comunidad científica respecto a este tema: una parte del recalentamiento en cuestión (parte que todavía hay que determinar) tiene, con seguridad, un origen antrópico». Claro que no es lo mismo que esa parte atribuible a la acción humana sea muy alta o muy baja.
Según Acot, existen inercias ecológicas que establecen puntos de no retorno, y no podemos tener la certeza de no haber pasado ya el umbral a partir del cual no podamos invertir la dinámica de daño medioambiental. No se trata de pesimismo, pues el autor condena el abandono, el derrotismo o la dejadez ecológica, y propugna tomar todas las medidas necesarias para la regeneración del medio ambiente.
Carlos A. Marmelada