Pre-Textos. Valencia (2005). 532 págs. 35 €. Traducción: Isidoro Reguera.
Soma Morgenstern nació en una pequeña localidad de la Galitzia oriental en 1890, vivió el ambiente intelectual y cosmopolita de la Viena del periodo de entreguerras y murió solo y olvidado en Estados Unidos en 1976. En 1994 se inició en Alemania la recuperación de sus obras.
En España, la editorial Minúscula ha publicado «En otro tiempo. Años de juventud en Galitzia oriental» (ver Aceprensa 117/05), libro de memorias sobre su infancia y juventud. Pre-Textos ha publicado «Huida y fin de Joseph Roth» y «Alban Berg y sus ídolos» (ver Aceprensa 121/02), donde al hilo de su amistad con el escritor Roth y el músico Berg, Morgenstern reconstruye el ambiente de una Europa en pleno proceso de descomposición por el avance del nazismo.
El mismo día que Hitler entra en Viena, Morgenstern huyó a Francia, como hicieron otros muchos intelectuales austriacos y alemanes.
Sin embargo, el régimen de Vichy consideró a los exiliados como «personas sospechosas» y a partir de 1939 empezaron a ser internados en improvisados campos de concentración, en unas condiciones miserables. Morgenstern recorrió cinco de estos campos durante los tres años que pasó en Francia hasta que en 1941 consiguió trasladarse desde Marsella a Casablanca, de allí a Lisboa y, por fin, a Estados Unidos, donde vivió hasta su muerte.
«Huida en Francia» es, como titula su autor, un relato novelado de estos hechos, aunque posteriormente Morgenstern lo incluyó entre sus libros de memorias. Sirviéndose de su experiencia personal, abordó algunas cuestiones con técnicas novelescas, lo que le sirvió para no depender demasiado de una exactitud que, quizás por las graves circunstancias que tuvo que vivir, no era capaz de respetar ni recordar.
El libro es la morosa descripción de la vida en estos campos de internamiento franceses. A Morgenstern le interesa especialmente reproducir su monótona realidad, las conversaciones, los hechos menudos, anécdotas intrascendentes, las actitudes de los diferentes grupos, la diaria lucha por la supervivencia.
Continuamente se discute sobre la comida, la limpieza, el avance de las tropas nazis, la situación de la guerra, el mezquino comportamiento de los políticos y militares franceses y la demostrada generosidad de los campesinos.
El libro, como tantos otros que se han escrito sobre la vida en los campos de concentración, y a pesar de sus inexactitudes, nada graves, es un excelente testimonio de aquella época.
Como siente el protagonista, el ucraniano Petrykowsky, «hube de reconocer con horror: ya comienza a devorarme la peste de todos los campos de concentración: el desvanecimiento de la memoria. Ése es el gran e inevitable peligro de los campos de concentración: despedazan, destruyen, aniquilan el tejido más delicado de la vida: la memoria».
Adolfo Torrecilla