Milenaria, destino secular de viajeros y peregrinos, Jerusalén es una ciudad llena de historias. “Santa y cautiva”: así la define Mikel Ayestaran en el título de este libro. Como él mismo relata en las primeras páginas, se trasladó a la Ciudad Santa con su familia tras múltiples viajes a Oriente Medio para cubrir la actualidad de la región como freelance. Su mirada nos descubre su compleja y rica realidad, más allá de las postales, de los titulares y de los viajes esporádicos.
El turista habitual visita Jerusalén fascinado por su historia, por su mezcla de culturas y religiones, por los lugares santos… Abrumado, no repara en las personas con las que se cruza por las callejuelas, como si fueran extras del exótico escenario en el que se mueven. Hace falta tiempo, recorrer una y otra vez sus calles, así como hablar con sus vecinos para descubrir que Jerusalén es un pozo sin fondo de historias y de historia.
En este libro, Ayestaran recorre cada rincón de los barrios musulmán, cristiano, armenio y judío de la ciudad vieja de Jerusalén. Visitamos el bazar, comercios centenarios, casas particulares, talleres de artesanía, un estudio de tatuajes religiosos, inmobiliarias de colonos judíos, bibliotecas, tumbas mamelucas… Y, por supuesto, los lugares sagrados de judíos, cristianos y musulmanes: el Muro de los Lamentos, el Santo Sepulcro y la mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca.
La ciudad vieja, que tiene una extensión de menos de un kilómetro cuadrado, está viva; no es un monumento reservado al turismo. Tampoco es un lugar homogéneo, ni coherente. A través de las historias de quienes habitan en el interior de estas murallas centenarias, nos asomamos a la complejidad de un lugar en perpetuo conflicto, que ha querido ser dominado por unos y por otros durante milenios. Jerusalén es cautiva de su pasado y, por eso, adentrarse en ella es un viaje en el tiempo.
Pero el libro invita a descubrir Jerusalén más allá de los lugares emblemáticos y de una idea simplista del conflicto palestino-israelí. Es una guía que recomienda dónde comer los mejores platos típicos, dónde comprar artesanía auténtica y antigüedades o cómo regatear en el bazar.
Cuando Mikel Ayestaran terminó de escribir Jerusalén, santa y cautiva, las fronteras seguían cerradas por la pandemia. Ahora, con la reactivación del turismo, la ciudad está lista para recibir visitantes de todo el mundo. Para los que acuden allí por primera vez, el libro aporta una mirada más allá de lo evidente. Los que prefieren la comodidad de su sillón encontrarán historias y personajes que les trasladarán a ese lugar único de Oriente Medio. Por último, los veteranos despertarán sus recuerdos y descubrirán rincones nuevos de una Jerusalén que es inagotable.