El autor da la clave de esta biografía en el subtítulo: se trata de un retrato y se pinta al retratado desde la perspectiva del corazón. El género biográfico acepta variedad de perspectivas, y la que aquí se ha escogido es significativa por dos razones: primeramente, la sintonía cordial entre biografiado y biógrafo, que permite trascender los meros datos interpretándolos –también en el sentido de lo que hace un buen retratista– porque se está buscando un asomo a la intimidad de la persona. Esta opción, si bien es arriesgada, no desacredita necesariamente el conocimiento que se ofrece al lector –como tampoco lo hace un buen retrato; más bien, es al revés–.
Y la segunda, el hecho de que Julián Marías es, precisamente, el filósofo español del …
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