Kafka Tamura se escapa de casa a los quince años y va a dar a una biblioteca de una pequeña población japonesa, donde es acogido para trabajar y vivir. Su madre y hermana abandonaron hace años el hogar y él huye también de un padre al que no se siente unido. Satoru Nakata sufrió un extraño accidente cuando era niño y quedó reducido a un amable ser fronterizo que sólo se siente a gusto entre gatos. Un hecho trágico le lleva a dejar su ciudad y el azar le lleva a Takamatsu, donde su destino se cruzará con el de Tamura.
Murakami (Kioto, 1949) ha compuesto un extraña historia con un sentido de relación entre los hechos arriesgado y poco convencional. Los personajes se mueven en planos de sueños y realidades que confunden al lector. Hay algunos buenos diálogos y fragmentos interesantes de historias secundarias, pero el hilo central es confuso y pesado. Se vuelve además fastidioso cuando se centra en los encuentros sexuales de Tamura con la bibliotecaria, con la que está unido por probables hilos escandalosos de parentesco directo. Un cacao de simbolismo, fantasmas, amores imposibles, fisiologismo sexual, Edipo, traumas e inestabilidad psicológica.