Tras Normas de cortesía (2012) y, especialmente, Un caballero en Moscú, espléndida novela muy bien recibida por la crítica y los lectores, vuelve Amor Towles (Boston, 1964) con una historia ambientada en Estados Unidos en la década de los cincuenta sobre un grupo de jóvenes que emprenden un largo viaje por parte de la “autopista Lincoln”, la más antigua del país, que lo atraviesa de California a Nueva York. El viaje se convierte en una oportunidad para transformar sus vidas.
La novela comienza con el regreso de Emmett a su granja familiar en Nebraska tras pasar ingresado más de un año en un correccional. Le han acortado la pena y le han concedido un permiso especial por la muerte de su padre y porque tiene que hacerse cargo de su hermano Billy, de solo ocho años de edad. En medio de esas dramáticas circunstancias, y también por culpa de la ruina familiar, sabe que debe abandonar cuanto antes su casa y sus tierras, y emprender una nueva vida en otro lugar. Su hermano Billy le convence de que vayan a California a buscar a su madre, que los abandonó hace ya años.
Las cosas se complican cuando a la expedición se suman inesperadamente dos antiguos compañeros de Emmett en el reformatorio, Woolly y Duchess, que se han escapado y que les convencen para que les acompañen a Nueva York antes de ir a California a buscar a la madre.
La novela cuenta las numerosas peripecias de estos jóvenes, que realizan el viaje en coche o como polizones en un tren. En vez de contar la historia desde una perspectiva general, el autor ha preferido trocear el argumento y centrar la narración en cada uno de los personajes. Conocemos lo que piensa cada uno de ellos y cómo se enfrentan de maneras tan distintas a una aventura sujeta a constantes cambios, improvisaciones e inesperados encuentros.
Billy, un niño muy especial, es uno de los grandes aciertos de esta novela, por sus originales puntos de vista, que hacen mella en los demás y añaden humanidad y profundidad a algunos de los episodios.
Woolly, de familia adinerada, sufre importantes problemas psíquicos que nadie ha sabido abordar. La compañía de Duchess –y de Emmett y Billy– le hacen sacar lo mejor de sí mismo en unas complicadas circunstancias, que se agravan a medida que la novela avanza. Por su parte, Duchess es un gran personaje, contradictorio y complejo, con grandes dotes para la oratoria y la disuasión. Hijo de un padre actor que le abandonó, de él aprendió a convertir la vida en una interesada y constante actuación teatral.
Quizás la decisión de contar la historia de manera alterna y tan parcelada no ayude a que el argumento de la novela posea más fuerza y determinación. Sin embargo, Towles, que ambienta muy bien las escenas, consigue con esta narración intermitente que nos aproximemos al mundo interior de unos personajes amables, entrañables, generosos, llenos de buenos sentimientos, que intentan hacer realidad sus sueños y solucionar sus carencias afectivas, aunque tal vez no estén preparados para algunos de los problemas que han de afrontar. El largo viaje por la autopista Lincoln les proporciona la oportunidad de cambiar de manera drástica sus vidas, quizás en la dirección que ellos no esperaban.