Roger Scruton, filósofo británico y experto en estética, critica con inteligencia esa simpleza, instalada desde hace mucho en Occidente, de que cada cual entiende la belleza y el arte a su modo, porque no hay criterios con una mínima objetividad. Arte será lo que yo diga.
En este libro se asocia la belleza, considerada una dimensión del mundo y cuyo sentido sería inextinguible en el ser humano, con otras dos grandes líneas: la de lo sagrado y la del deseo sexual, este último entendido como algo inseparable de algunas formas de amor, y que es degradado, como aclara Scruton, en la pornografía.
Las limitaciones filosóficas de Scruton le llevan a veces a afirmaciones de tipo sociológico. Además, como suele ocurrir en Occidente, se mira solo a n…
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