Este volumen de Miguel Delibes (1920-2010) contiene una sorpresa y dos excelentes recuperaciones, que son sin lugar a dudas el plato fuerte del libro, pues la sorpresa no deja de ser una anécdota.
Entre los papeles que su familia encontró tras su muerte, apareció un cuaderno de hule con un cuento infantil que Delibes escribió y dibujó en 1939, cuando tenía apenas 18 años y se encontraba como voluntario en la Marina, ya al final de la Guerra Civil. Este cuento, imaginativo y de factura clásica, se reproduce de manera facsímil al final de este libro. Estamos, pues, ante el primer testimonio escrito de Delibes, aunque en esos años prefería el dibujo. De hecho, su primer trabajo, en 1941, fue como dibujante en el periódico El Norte de Castilla, donde colaboró hasta 1958.
Los otros dos textos tienen, sin embargo, un excelente valor literario y merecen ser redescubiertos por los lectores. Son escritos memorialísticos en los que Delibes habla de los deportes que ha practicado a lo largo de su vida (Mi vida al aire libre) y de su afición a los animales (Tres pájaros de cuenta).
Mi vida al aire libre lo escribió en 1987 y se publicó por vez primera en octubre de 1989. El tema es su pasión por la bicicleta, la natación, el fútbol, las motos, los paseos y, sobre todo, la caza y la pesca. Es un libro optimista en el que también recuerda a su padre, de origen francés, que transmitió a sus hijos el aprecio por la vida en el campo. Para Delibes, “en el libro lo que hago es reírme saludablemente de mí mismo”. El subtítulo enmarca sus intenciones literarias: “memorias deportivas de un hombre sedentario”.
También es autobiográfico Tres pájaros de cuenta (1982). En estos relatos se narra la historia del Cuco, la Grajilla y el Cárabo, tres pájaros que forman parte de la vida familiar: “No es un libro de cuentos ni de historias inventadas –escribe Delibes–, sino un libro de historias auténticas, vividas por mí y de las cuales son aquellos pájaros verdaderos protagonistas”. Con un estilo entrañable y sencillo, está presente el amor a la naturaleza, una de las señas de identidad de la literatura de Delibes.