Pensar en la muerte resulta incómodo. Se intenta evitar entre adultos y también entre niños, para protegerlos. Como dice Pablo Requena, “escondemos a los que están próximos a morir, pues su presencia nos recuerda nuestra propia muerte, y eso nos aterra”. Sin embargo, esta actitud huidiza nos incapacita para acompañar a los que se están yendo e impide reflexionar seriamente sobre una cuestión tan importante.
Requena, médico, sacerdote y profesor de Teología Moral y Bioética, nos ofrece esta obra para orientarnos en la consideración de la muerte. El libro comienza aclarando los líos terminológicos relativos al cuidado al final de la vida, a menudo causa de confusiones en el debate público. Prosigue desarrollando las razones por las que la eutanasia ha ido ganando espacio en nuestra sociedad, tales como la soledad, el miedo a morir entre máquinas y el sentimiento de ser una carga para los demás. A continuación, analiza algunos de los conceptos más invocados cuando se discute sobre el final de la vida: la dignidad y la autonomía.
El autor se centra en las dos grandes alternativas que pueden ofrecerse al que, en su sufrimiento, se plantea pedir la muerte: acompañarle hasta el final aliviando sus dolencias, incluso, si es necesario, con la sedación paliativa; o provocar la muerte con la eutanasia. Se refiere detalladamente a lo que supone la legalización y aborda los abusos prácticos que en los países en que se permite no se han podido evitar.
Como delegado de la Santa Sede ante la Asociación Médica Mundial, Requena ha estado presente en numerosos debates sobre la eutanasia y los cuidados paliativos, por lo que, a lo largo de toda su obra, compagina aclaraciones técnicas con experiencias vividas, enriqueciendo enormemente los argumentos que desarrolla y facilitando su comprensión.
El último capítulo describe la encrucijada en la que se encuentra la medicina actual, porque “tanto desde fuera como desde dentro, recibe presiones para cambiar”. Pero ¿qué tipo de cambio se exige? Volver a lo que había antes de la medicina científica, “cuando el curandero podía sanar y podía matar”. La pregunta es si es conveniente que la medicina deje de ser lo que ha sido en los últimos veinticinco siglos, señala.
En el epílogo, Requena ofrece una mirada esperanzada hacia el futuro, apoyada en la generosidad inherente al ethos de las profesiones sanitarias, como se ha visto en la lucha contra el covid-19. Esta solicitud por los demás exige promover cuidados paliativos integrales, que eviten el sufrimiento y garanticen que la persona no pierda el control sobre su existencia. Porque las personas no quieren morir, sino evitar un sufrimiento insoportable.
El ensayo, en definitiva, ahonda en los aspectos médicos, éticos y jurídicos relacionados con el final de la vida, invitando a la reflexión personal, aclarando conceptos, integrando las distintas posiciones sobre la eutanasia, y dando a conocer los cuidados que precisamos para tener una buena muerte.