Lumen. Barcelona (2006). 264 págs. 16 €. Traducción: Patricia Orts.
El genocidio del pueblo armenio por parte del Imperio Otomano entre 1915 y 1918 y del Estado de Turquía entre 1920 y 1923, es uno de los grandes horrores del siglo XX que apenas se menciona en las referencias históricas. Se estima que un millón y medio de armenios fueron exterminados en este periodo. La población armenia del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial era de unos dos millones de personas.
Antonia Arslam, licenciada en Arqueología y profesora de Literatura Italiana en la Universidad de Padua, recupera sus raíces armenias para narrar con un realismo crudo y conciso esta historia de supervivientes. La novela está dividida en dos partes bien diferenciadas. En la primera, una acomodada familia armenia vive con expectación e incredulidad los primeros rumores sobre el plan de exterminio que el partido de los Jóvenes Turcos, extremistas ideólogos del Panturquismo, trama contra los armenios. La familia se prepara para recibir al tío Yerwant, que dejó las colinas de Anatolia para hacer fortuna como médico en Venecia. Ahora, muchos años después, Yerwant quiere regresar a su pueblo natal para presentar a su familia a su esposa y sus hijos.
Pero el comienzo de la guerra se interpone y Yerwant nunca podrá partir. Su hermano Sempad y sus hermanas Azniv y Veron han dispuesto la casa de las alondras para la bienvenida. Pero lo que estaba previsto como una fiesta se convierte en una masacre. Los hombres, viejos y niños, son asesinados, y las mujeres deportadas. La segunda parte cuenta la marcha forzosa de las mujeres armenias hacia el desierto sirio, para morir de hambre y sed.
«La casa de las alondras» es un interesante documento sobre la historia del atractivo pueblo armenio, alegre, apacible, imaginativo, cristianos desde el siglo III en una región que después seria dominada por el islam. Está contada con un estilo vivo y directo, casi en tono de crónica periodística, rescatando los hechos a través de unos personajes bien definidos pero con poca profundidad literaria.
César Suárez