La chica salvaje viene avalada por los más de dos millones de ejemplares vendidos en Estados Unidos, una versión cinematográfica ya en marcha para la Fox, y la traducción a más de 40 idiomas. Es la primera novela que ha escrito su autora, Delia Owens (Georgia, 1949), zoóloga y etóloga que vivió más de veinte años en África antes de instalarse en un rancho en Idaho. Ambientada en las marismas de Carolina del Norte, es una novela que se centra en la vida solitaria de su protagonista, la joven Kya.
La novela se abre con el asesinato en 1969 de uno de los habitantes de Barkley Cove, el popular Chase Andrews, casado pero con fama de mujeriego y que ha mantenido una relación más que amistosa con la que llaman en el pueblo “la chica salvaje”. A partir de ese momento, la novela alterna dos periodos históricos. En el presente, 1969 y 1970, con la investigación policial llevada a cabo y la celebración del juicio, con “la chica salvaje” como única acusada de asesinato, y la parte más importante: la historia personal de esta joven, Kya Clark, desde 1952 hasta el juicio.
Un cúmulo de desastrosas circunstancias han llevado a Kya a vivir sola desde los seis años. En las primeras páginas, primero la madre y después el resto de sus hermanos deciden abandonar la cabaña en la que viven, hartos de los episodios de violencia del padre, que gasta el dinero en alcohol y en juego. Kya se queda como única compañía, aunque el padre desaparece frecuentemente hasta que al final no regresa nunca. Desde entonces, en completa soledad, vive en la marisma, un páramo de fango, “una tierra cruenta, pero en absoluto yerma”, donde se conoce todas las especies de aves, animales y plantas, y explora todos los recovecos de una tierra “húmeda y vital” que “se convirtió en su madre”.
Alrededor de Kya se alimenta una leyenda. Comienzan a llamarla “la chica salvaje”. Sin embargo, gracias a sus completísimos conocimientos de las marismas, se anima a escribir libros en los que muestra la riqueza de esa despreciada zona y se convierte en una prestigiosa autoridad. A la vez, en esos años, Chase Andrews consigue relacionarse con ella y vivir una apasionada historia de amor.
Delia Owens conjuga con acierto las descripciones de la vida solitaria de Kya y su obsesivo contacto con la naturaleza en las marismas, con la trama de su vida amorosa y el proceso judicial que se abre contra ella. Todo ello, escrito con una prosa descriptiva y a la vez poética, con muchos matices que reflejan el dolor por la ausencia y la soledad, la necesidad de compañía y a la vez de un mínimo de independencia, y el descubrimiento de las maravillas de la naturaleza.