No existe, hasta el presente, ninguna monografía sobre el acceso de las mujeres españolas a la universidad a partir de su permisión sin cortapisas en 1910. Desde ese año y hasta 1936, la Institución Libre de Enseñanza y la católica Institución Teresiana estarán muy interesadas en aumentar el número de mujeres en la universidad española. Giner de los Ríos y S. Pedro Poveda fueron testigos del lento acceso de las mujeres a las Facultades universitarias (antes solo en Filosofía y Letras y en Farmacia) y al posterior ejercicio profesional, este último sumamente escaso.
Mercedes Montero, historiadora, profesora de la Universidad de Navarra, integra la capacidad sintética y la agilidad del texto con una buena selección de fuentes en este volumen, para hablar de la entrada de la mujer en la Universidad de la época estudiada.
Tanto la Institución Libre de Enseñanza (ILE) como la Institución Teresiana, a través del ambiente disciplinado de sus respectivas residencias femeninas, aportaron soluciones para ampliar la formación universitaria de las mujeres españolas, pero con fines bien diferentes. Mientras la ILE pretendía alejar al mundo femenino de la influencia religiosa, las seguidoras del padre Poveda intentaron crear, en un ambiente cristiano, un alto nivel educativo, especialmente en el entorno de las maestras, procurando adoptar lo positivo y asumible de la ILE. Ambas instituciones se esforzaron por fomentar un ambiente culto y exigente entre sus discípulas, que relacionara a éstas con conocidos intelectuales del momento, si bien la Residencia de la ILE tuvo más vínculos con el extranjero. Las residencias trataron de evitar las lagunas de la formación femenina: enseñanza de idiomas, prácticas en laboratorios, consultas de bibliotecas y un sistema tutorial, copiado del ambiente anglosajón. Las teresianas, antes de la Guerra Civil, tenía seis residencias universitarias abiertas, tres de ellas en Madrid. La autora, sin embargo, no se centra exclusivamente en la educación superior (en 1910 el 65,8% de las mujeres analfabetas) ni solo en España, ya que hace un estudio comparativo con la situación en Estados Unidos y otros países occidentales.
Otro tema que se trata en el presente volumen es el del voto femenino en España, importante factor para la conquista del espacio público. La autora expone bien el debate previo entre las sufragistas nacionales (con Clara de Campoamor a la cabeza) y la consecuencia política de las primeras votaciones de mujeres: la pérdida del poder por parte de la izquierda en 1933.
El lector podrá leer al final del volumen unas interesantes conclusiones de la autora y un anexo cronológico sobre mujeres relevantes en la universidad española de la época.