Autor de una ya importante trayectoria literaria, Julio César Romano ha sabido conectar con los gustos de los lectores jóvenes con historias muy imaginativas, repletas de aventuras y, además, que abordan cuestiones de actualidad interesantes para ese público.
La cueva de los Doblones es otra muestra de su manera de entender la literatura. Un grupo de amigos se disponen a pasar las vacaciones de verano en un pueblo de los montes de Toledo, Mohedas de la Jara. Lo que tenía toda la pinta de ser unas vacaciones tranquilas se convierte, de pronto, en unas semanas llenas de aventuras con un final incierto.
Todo comienza con el descubrimiento, gracias a un detector de metales, de una extraña tumba en aquellos parajes. En la tumba encuentran un exótico medallón que, tras una serie de aventuras, algunas peligrosas, les llevará a encontrar un olvidado tesoro.
Novela con un ritmo rápido, aventurero, con diálogos ágiles que alaba, además, el trabajo en equipo y el compañerismo (aunque no faltan en un principio las diferencias entre ellos), la mejor manera de fomentar la generosidad y huir de un egoísmo perjudicial hasta para las novelas de aventuras.