Como explican los autores en la introducción, no está de más hoy recordar “la dignidad de todo ser humano”, ya que precisamente ahora, cuando el conocimiento avanza y se suceden a ritmo vertiginoso las novedades, a veces se olvida, tanto teórica como prácticamente, lo más importante. La vida humana, sobre todo la dependiente, se encuentra desprotegida. Por eso la reflexión filosófica y antropológica sobre la dignidad humana es necesaria para fundamentar sólida y racionalmente ciertos valores, y además resulta capital para entender en toda su amplitud lo que significa ser hombre.
Los autores repasan, así, el origen biológico de la vida humana, examinan la aparente contradicción entre creación y evolución, se adentran en la unión entre alma y cuerpo, con todas sus implicaciones, y subrayan las dimensiones más importantes de la persona: su carácter libre y su capacidad de donación. Optan por el estilo directo, sencillo y divulgativo, y acompañan las explicaciones de textos más concretos, que permiten palpar las consecuencias prácticas de los argumentos.
Defender la dignidad humana tiene consecuencias de largo alcance: significa también recuperar el valor humano de la sexualidad, reconocer la dimensión espiritual de la persona, subrayar la entrega como característica esencial del amor humano y advertir de la importancia de la familia y las relaciones de amistad. Especialmente sugerente, por lo novedoso, es la relación que se establece entre las virtudes y el desarrollo de la personalidad. El logro de este libro es mostrar la importancia práctica y vital de la dignidad humana y alejarnos de una consideración exclusivamente abstracta de ella.