Apóstrofe. Madrid (1996). 289 págs. 2.600 ptas.
Dentro de la profusión actual de «gurus» y libros sobre temas empresariales, Charles Handy destaca, junto con Peter Drucker, sobre todos los demás. Handy no es un teórico de una escuela de negocios, sino un pensador con una amplísima cultura que le hace tener una visión global sin caer en el dogmatismo o en la simplificación. Handy no ofrece soluciones mágicas, sino brújulas.
La edad de la paradoja es un libro apasionante no sólo para empresarios y directivos sino para todo aquel que se encuentra confundido por las paradojas de nuestra era: tiempo y trabajo (unos con mucho tiempo y sin trabajo, otros con trabajo y sin tiempo); riqueza y crecimiento (países ¿ricos?… sin futuros consumidores o muy viejos); la convivencia del discurso del «yo» frente al «nosotros»; la justicia…
Handy ofrece un buen mapa para navegar en esta época de turbulencias: federalismo (la doble ciudadanía y la subsidiariedad); los nuevos conceptos de empresa y trabajo; la inversión en inteligencia; los baremos alternativos de medición de riqueza y éxito personal y empresarial,etc. Aunque algunas de estas ideas fueron ya apuntadas en sus libros precedentes, La edad de la paradoja supone una continuación muy madurada de la reflexión que Handy inició hace más de 20 años.
Si todo el libro es muy sugerente, la exposición de Handy sobre los tres sentidos -continuidad, conexión, dirección- que pueden dotar de significado a las paradojas son de lo mejor. Especialmente las páginas dedicadas a explicar la continuidad, una clave imprescindible para quien forma parte de cualquier organización (familia, empresa, ¿nación?) bastante olvidada en los países occidentales tal y como indica el autor.
Es precisamente por esta razón por la que el libro de Handy gustará tanto a empresarios como a educadores, periodistas o políticos.
Aurora Pimentel